Siempre he tenido preferencia por algunos escritores que los he leído y releído en mis momentos de entrarme al mundo de la lectura de ficción literaria. No sólo me ha impresionado la ficción indígena contada por Arguedas en sus libros y relatos cortos; sino las historias llenas de ficción contadas por mi padre a sus nietos y que, en mi adolescencia, también los escuchaba. Eran relatos orales que estaban llenos de sabiduría, enseñanza y formación pedagógica. Me preguntaba ¿Quiénes crearon esas ficciones que contaba mi padre? Nunca le pregunté. Pero deducía que a él le contaron sus abuelos y a sus abuelos sus abuelos.

Entonces ahí entendí que la tradición oral, la literatura oral contada no por escritores académicos; sino por viejos contadores de historias de ficción con su propio lenguaje oral, estaba en el corazón de los pueblos y que la llamada modernidad está aniquilando. Ya no existe una identidad local, sino que se está apostando por una identidad globalizada. Una globalización deshumanizada. Es otro tema de debate.

Volviendo a la ficción de escritores académicos, como dije, he tenido preferencia por algunos de ellos. Descubrí a algunos de ellos no cuando era estudiante de pedagogía en Literatura; sino, cuando estuve inmerso en el mundo extraordinario del periodismo. La mayor parte de mi vida lo pasé en la actividad periodística que fue una pasión y, como dicen los profesionales que se ocupan de las emociones, fue lo que más me gustaba hacer. Aquí en la pasión del periodismo se incrementó mi interés por la lectura no sólo de diarios y revistas, sino de relatos literarios de escritores no sólo nacionales, sino extranjeros. En éstos descubrí a Jorge Luis Borges, García Márquez, Cortázar, Carpentier y otros. La fantasía en toda su extensión con un lenguaje y técnica que me impresionó.

Inspirados en la lectura de estos escritores, les ofrezco, ahora, un grupo de relatos cuyo título del libro es El desafío. El escenario y algunos personajes, en la mayoría de los relatos, son reales. En otros son imaginados, llevados a la ficción. Cajamarca es el escenario principal. En el relato que lleva el título del libro se narra la experiencia de estudiante en el colegio San Ramón de Cajamarca. Es la historia de un hecho que nunca sucedió, nunca sucedió la pelea de dos compañeros en el Hueco, ni el nudo del cual se desarrolla la historia, pero el Hueco sí existió. Los nombres y apodos que se cuentan sí existieron. Yondé era el apellido de un compañero chancó del cuarto año. El Chato César, otro compañero que estudió arte y, después de terminar el colegio, lo vi trabajando de taxista. El Piolín era el sobre nombre de un compañero que estaba en la banda de músicos del colegio. Napo y Chelo eran los hermanos Mercado. Coche Sandro era un compañero de contextura gorda, estudió en universidad Medicina Veterinaria. A Cerdán le decían Clavo, no había profesor que no le llamaba la atención por su bajo rendimiento académico ni auxiliar que le sacaba del aula por varias razones, le gustaba levantar pesar por ello tenía un cuerpo lleno de músculos, estudió Agronomía en la nacional. Sí existió el profesor de Educación Cívica, Masarino Bazán, del mismo modo el auxiliar Cashalo. Así como ellos otros personajes de la historia sí existieron. Fueron compañeros de colegio.

En el libro también encontrará el relato Un duende en el municipio, donde el duende es un personaje del mundo periodístico y político de Cajamarca por inicios de los años del presente siglo. Existe el personaje en quien es inspirado el relato. En el relato Una noche en el Tisnado, este local sí existe y se ubica en calle San Martín a cuadra y media la plaza principal de Cajamarca. Los personajes son reales, la mayoría son periodistas con sus nombres y apodos. La historia desarrollada sí que es creada e imaginada. Los hechos no sucedieron, sino que fueron inventados. El personaje Chivo en el relato El patrón Chivo sí existe, es el apodo del hijo del dueño de una hacienda de la campiña de Cajamarca. Él y su familia ya no viven en está región.

La joven de la mariposa es el relato inspirado en una nota periodística difundido en los diarios a nivel nacional, la joven sí existió y la mariposa era el tatuaje que encontró la policía en el cuello de ella. Ésta apareció muerta en las playas de Ancón, Lima. Carta de nuestra madre enferma es la confesión de dolor de mi madre enferma y su posterior muerte. En El padre Legión sólo se han mutado los nombres de los personajes, la iglesia sí existe. La historia contada se asemeja a un hecho de la realidad.

Los demás relatos como Una noche de fin de semana, Dos soñados y dos soñadores, Ella y el artista, El Trapetón, Forma de una cruz son imaginados. ningunos de los hechos son reales. Son narraciones creadas y puestas una narración sobre otra a través del sueño como técnica de escribir.

Les invito a leer estos relatos que estoy seguro que suscitará comentarios en cada uno de ustedes y en la crítica literaria.

El autor

El libro lo pueden bajar de: https://drive.google.com/drive/u/0/my-drive