Luego de un periodo de problema sanitario: Covid 19, que ha traído tristeza a muchas familias cajamarquinas y en medio de una crisis alimentaria a nivel mundial por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y la inflación a nivel mundial, Cajamarca entra a otra etapa para elegir a sus nuevos gobernantes tanto para el gobierno regional como para las municipalidades.

Nada o casi nada hicieron las autoridades que estuvieron en el poder, administrando los gobiernos subnacionales. Los grandes proyectos de inversión pública, en la región, no se movieron para nada. Estuvieron estancados. El señor Mesías Guevara no pudo volver a poner en marcha el gran proyecto del corredor andino lechero de Cajamarca: La carretera El empalme-Santa Cruz que se encuentra estancado desde el gobierno del señor Gregorio Santos encarcelado por corrupción. La carretera Bambamarca- El Marañón con serios problemas no se concluye. La carretera longitudinal de la sierra que va desde Cajabamba hasta San Ignacio con espacios no asfaltados que muestran ser trochas del siglo pasado. ¿Quién puede hacer turismo con esta carretera? Ojalá que se haya fortalecido los proyectos cafeteros en el norte de la región y de este modo fortalecer la capacidad productiva y exportadora de las familias de esa zona. En realidad, la gestión del señor Guevara se va con serias críticas de inoperancia, de no haber iniciado, por los menos, un gran proyecto que ponga a la región en el ojo a nivel nacional o mundial. Industrializar la producción lechera, por ejemplo.

Por el otro lado, la municipalidad provincial de Cajamarca también se va sin pena ni gloria. No hizo trabajo alguno en un proyecto de trascendencia. No movió el dedo para iniciar la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales, PTAR. Los desperdicios de los desagües son vertidos, impunemente, a canales de riego y ríos que pasan por el valle de Cajamarca. El Mashcón y el San Lucas están muertos, contaminados. No ha podido iniciar el proyecto de la carretera de ingreso a Cajamarca de tránsito pesado porque el que tenemos ha ocasionado muchos accidentes. No hay nada de esto. No existe proyecto alguno. Del mismo modo ni siquiera ha dialogado iniciar en construir una autopista de Cajamarca hasta ciudad de Dios. Nada, absolutamente nada de eso. El señor Andrés Villar prefirió renunciar al cargo al cual los cajamarquinos le encargaron a que trabaje en grandes proyectos. Lo dejó, seguramente, por consejo de alguien del Frente Regional para soñar ser gobernador regional. No hizo obra de impacto como alcalde difícil que lo elijan gobernador de Cajamarca. Defraudó a los cajamarquinos que lo eligieron para que trabaje hasta el final, pero no lo hizo.

Ante la decepción de las autoridades que se van, se creía que el escenario de los candidatos políticos, en Cajamarca, era el más adecuado para elegir nuevas autoridades. No es así. La credibilidad de los candidatos si que son desastrosos. Existen tránsfugas, un candidato que se ha pasado desde la izquierda hasta la derecha radical. Otro investigado por la justicia por lavado de activos. Otros que han alquilado un partido para ser candidatos porque no tienen partido escrito en JNE. Los vientres de alquiler una vez más.

Urgente reformar el sistema electoral en el país. Caso contrario seguirán saqueando las municipalidades, los gobiernos regionales y el erario nacional.