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Recordando los hechos convulsos en Cajamarca

Los pueblos tienen derecho de conocer su historia. 

Publicado: 2022-03-24


(El libro disponible en: https://drive.google.com/drive/my-drive).

En la siguiente publicación no hago más que dar a conocer una experiencia de vida en el periodismo a través de Mis días con la prensa. Éste empezó a fines del siglo pasado cuando había terminado mi formación como pedagogo y tenía inquieto, en mí, hacer periodismo. Este oficio no era para mí, a pesar de las pésimas condiciones económicas, un pasa tiempo; sino una pasión y responsabilidad.

Mi pasión por la lectura maduró con el periodismo que comencé hacer en los medios que llegué y me dieron acogida. El vicio de escribir no era espontaneo; sino fue resultado de esa pasión para contar alguna historia de interés público o un hecho llevado a la ficción como encontrará en el libro. El periodismo, en mis días con la prensa, fue una actividad que me dio realización como profesional y como persona a pesar de espacios difíciles que se presenta en provincias.

Existe, en el periodismo, algo que no te da las demás profesiones u oficios. Eso es el conocimiento pleno de la realidad de nuestro país o tu región. Con el periodismo vas más allá de lo que puedas observar, de lo que hacen las autoridades políticas y la burocracia corrupta. Te da ese camino de auscultar el otro poder que los políticos no quieren que se haga público: el poder oculto. A éste llegas siempre y cuando hagas periodismo independiente, periodismo no adulador o reptilesco; sino comprometido con el espacio social. Cuando descubres el poder oculto sique se presenta dos opciones: uno, hacer público ese poder sin que los que manejan ese poder puedan hacer algo; dos, enfrentar o poner en riesgo tu integridad y tu vida.

El periodismo no está al servicio de los políticos ni del poder político, menos de los poderes fácticos de carácter extractivista. El oficio del periodismo no está para esos menesteres. Sirve, por el contrario, para fiscalizar lo que hagan los políticos con los recursos de un país o una región como es Cajamarca. Sirve para fiscalizar lo que hagan corporaciones con el gobierno de turno y con los gobiernos subnacionales. Cuando el periodismo se pone al servicio del alguien si que, de hecho, pierde credibilidad. Y si un oficio, como es el periodismo o persona, pierde credibilidad mejor que se dedique a otra cosa. Menos al periodismo. El periodista que ha perdido credibilidad y continúa en el oficio es aquel que vive y anda sin alma. Habla y actúa sin convicción, sus ideas y opiniones han sido reemplazadas por los de otros. Es fantoche haciendo de periodista.

Si bien el periodismo de investigación no funciona en provincias porque se necesita presupuesto para tal tarea, porque los medios no cuentan con dinero para pagar a sus periodistas; sin embargo, surge por ahí información que algunas fuentes te pueden proporcionar y no puedes dejar de publicarlo, sobre todo si tiene interés público, si se refiere a los recursos de un pueblo que lo están dando mal destino. Existe información que la población tiene derecho de conocer, conocer cómo se están gastando los recursos de su municipalidad o región, si los proyectos de inversión están bien encaminados. Eso es la tarea del periodismo, de informar así no se haga periodismo de investigación.

En la publicación de mis días con la prensa te ofrezco crónicas relacionadas con hechos que hicieron noticias años anteriores en Cajamarca. Crónicas narradas con un lenguaje literario sin que pierda el sentido de hechos periodístico. Es verdad que literatura no es periodismo y periodismo no es literatura; empero, recursos de la literatura como el lenguaje puede utilizarse en la redacción de una noticia, una noticia que sea amena de interés en el lector. Una nota fría pierde interés en el lector.

Encontrará usted, en el libro, mi primer contacto con el periodismo de aquel entonces, era fines del siglo XX. Con muchachos que ya habían iniciado hacer periodismo como también personas ya maduras que tenía trayectoria en el periodismo a quienes llamo periodistas mayores. Además encontrará la manera cómo conocí a uno de los periodistas de la época que llegó a Cajamarca para quedarse para siempre. Cuando digo para siempre es porque encontró la muerte en la ciudad del Cumbe. Fue enterrado en el cementerio general de Cajamarca. A Víctor Aramayo, lamentablemente, la muerte se lo llevó muy joven. Los que dijeron, también periodistas, que iban a seguir su ejemplo de hacer periodismo, desparecieron para tomar otro rumbo.

Del mismo modo, encontrará la crónica que cuenta la trágica historia de la muerte de la niña llamada Carmelita, historia que no sólo relata la manera cómo fue asesinada la niña, sino cómo su madre y otras personas tuvieron que sacrificarse para encontrar la verdad, esa verdad fue: quién la mató, castigar al asesino y además no murió por una enfermedad que dijeron tener. Esta trágica historia no solo conmocionó a los cajamarquinos; sino fue testigo, una vez más, la manera cómo las instituciones y sus funcionarios actúan en contra del humilde que no tiene dinero para defenderse. Injusticia total. Otra historia que encontrará es el asesinato de una odontóloga a manos no de un extraño para robarle sus bienes o dinero, sino a manos de su esposo que cumple prisión en el penal de Huacariz en Cajamarca.

Lo que hizo historia, también, en Cajamarca es lo relacionado con la minería en la ciudad del Cumbe. En el libro se relata la manera cómo se desarrollaron los dos conflictos mineros que hicieron noticia no sólo a nivel nacional; sino internacionalmente. Esos conflictos son: Quilish y Conga. Ambos conflictos movilizaron gran cantidad de personas en contra de los dos proyectos mineros que trajo como resultado costo de heridos y muertos. Los dirigentes de las dos protestas fueron perseguidos y denunciados. Mientras los gobiernos de turno buscaban, en Cajamarca, a los responsables de las protestas y de lo que sucedió, dejaban de mirar sus propios errores al proporcionar las licencias de construcción y explotación. Era evidente el sometimiento del Estado ante los poderes corporativos con intereses económicos. El conflicto Conga fue el más fuerte y tremendamente represivo, policías y militares golpearon por doquier a la población civil cajamarquina.

En uno de los capítulos encontrará la manera cómo se narra la peculiar campaña política de los candidatos a la municipalidad provincial de Cajamarca en el 2006. Fue una de las campañas más sucias que se registró debido a los ataques de ambos candidatos por parte de las personas que servían a cada uno de los candidatos. En las páginas encontrará la actitud que tomó el dueño de un canal de televisión al servicio de uno de los candidatos. Después, luego de escándalos, ese empresario tuvo que renunciar como asesor puesto que le había dado el alcalde electo. Encontrará también, a propósito de dueños de canales de televisión, al dueño de uno de estos medios, que fue denunciado por haber facturado a la municipalidad a pesar de haber sido regidor, en ese entonces. Ese regidor fue de la bancada aprista durante el gobierno del desaparecido Emilio Horna.

El ataque entre periodistas es muy común a través de los medios donde trabajan. En la prensa cajamarquina, en un tiempo, se presentó los ataques y libelos entre los hombres de prensa. En el libro encontrará tales ataques que desbordaron los medios para ser escuchados por la población cajamarquina. Existen otros capítulos relacionados con la literatura, de lugares donde acudían algunos periodistas de esa época para tomarse un trago. También existen páginas donde se relata datos de la vida de algunos periodistas desaparecidos y también de otros personajes. Encontrará otras historias en el libro que les invito a leer.


Escrito por

El Moscón

De José Novoa Molocho. Periodista. Pedagogo. Bloguer. Tres vicios: leer, escribir y contar historias


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